Algo que me hizo reflexionar.
Una amiga mía, tuvo una experiencia bastante desagradable con un psicólogo.
Ella acudió buscando ayuda, pero en lugar de encontrar apoyo, se encontró con alguien que no tenía ningún tacto. Este profesional, altamente cualificado en trauma y otras técnicas, empezó a hurgar en aspectos muy traumáticos de su pasado, cosas que no venían al caso en ese momento.
Llegó a un punto donde mi amiga tuvo que decirle, “¡Para! Esto no es lo que necesito ahora”.
¿Te imaginas cómo se sintió?
Esta situación no solo fue innecesaria, sino que rompió la confianza y el ambiente seguro que debería haberse creado.
Me sorprende ver cómo aún existen profesionales que no están a la altura de las necesidades de sus clientes. Esta experiencia me levantó una gran indignación y me sirvió para reafirmar mi convicción en lo que hago. Sembrar una semilla en aquellas profesionales que están dispuestas a crear un cambio real en sus acompañamientos y su manera de comunicarse.
Algo tan simple pero tan esencial. Saber crear un ambiente de confianza, saber hablar y, sobre todo, saber escuchar. No solo las palabras, sino también lo que no se dice. Solo así se consigue un acompañamiento realmente efectivo, seguro e integrador.
Mi misión es proporcionarte las herramientas y habilidades necesarias para que puedas ofrecer el mejor acompañamiento posible.